Y aquí tenemos una aplicación de las gafas inteligentes. Si a un agente de policía le añadimos unas gafas con inteligencia artificial y una «tablet» para ver los datos de posible criminales que tiene en su visión, convertimos automáticamente a este agente en alguien que es capaz de reconocer a todos los criminales de su país de inmediato. Hablamos de China. Donde la privacidad no es algo que preocupe demasiado. Buena prueba de ello es su sistema de vigilancia con 180 millones de cámaras vigilando por todo el país.